Alemania, 1944. El fin de la 2ª Guerra Mundial se aproxima, pero la verdadera catástrofe se
encuentra en la memoria de los hombres. La ley del más fuerte, en la que la supervivencia es un lujo
que sólo los más preparados pueden permitirse. Lo que ocurrió, fue el germen de lo que somos
ahora. A los ojos de un civil, las cosas son muy distintas a como los libros de historia cuentan; es
algo más humano, más personal. Esto ha ocurrido, y no hace mucho tiempo, a pesar de que la
velocidad de los acontecimientos nos hagan pensar que pasó hace demasiados años atrás. En la mente de las personas existe esa ambición y lucha por dominar cualquier cosa que se lo impida; un vacío sin fondo, un lugar en el que las diferencias morales y físicas son suficientes argumentos como para quitarle la vida a un semejante. La naturaleza humana sigue los primitivos pasos que ha seguido desde siempre: Erradicar al débil, a la amenaza.
Ésta, es su historia. Diana y su pasado son únicos, pero hay algo que tienen en común con muchos
otros de su misma condición: guerra, hambre y lucha. A pesar de su apariencia de raza aria, no
piensa como tal; algo ambiguo y casi un caso perdido a los ojos de cualquier partidista nazi. Su
vida, plagada de dudas, mentiras y un futuro borroso e impredecible son el día a día. ¿Arriesgaría su
vida a proteger a los supuestos enemigos, traicionando su propia nación? ¿Qué será más importante
para ella? ¿Vivir siendo quien en realidad no es, o muriendo siendo su verdadero yo? Los calcetines
negros no sólo son una prenda de ropa, significan mucho más. Éste es un ejemplo acabado de lo que
históricamente significa vivir en circunstancias adversas, difíciles, en las que aun la supervivencia
individual y colectiva peligran a cada instante. Tras la derrota, los soviéticos y los estadounidenses
toman el control, ocupando Alemania. Su alianza insólita no durará mucho, las diferencias entre el capitalismo y el comunismo forman una enemistad inquebrantable que un simple muro no podrá aguantar. La Guerra Fría.